Por fin un momento de tranquilidad para poder sentarme y escribir algo en, este que está siendo, mi lugar de recogimiento y paz.
Como habréis comprobado por las fechas, no escribo desde la semana pasada, cuando aterricé en "J"olanda para pasar unos días con la familia, entre turismo y gestiones para cuando me marche definitivamente a finales de Enero. Esta mañana comprobando los bolsillos del pluma que me llevé a "J"olanda, encontré unos amiguitos que viajaron conmigo de vuelta a España y de los que me había olvidado por completo. Eran 6 pastillas de peppermuntjes que "robé" del mostrador del hotel dónde nos alojábamos en Amsterdam. Sí, habéis oido bien, los robé, con premeditación y alebosía, pero no me pesa en absoluto. Es por ello que hoy decidí dedicar unas líneas a esta maravillosa y típica golosina holandesa.
Pastillas mentoladas he probado muchas en mis casi 40 tacos, pero como el sabor tan particular y refrescante de los peppermuntjes, ninguna, os lo aseguro, con todas sus variantes de forma, cualquiera de ellas me parece fantástica.
Uff a mí no me gustan nada...pero para gustos los colores!
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